14.04.13 - 00:52 -
JUAN F. ROBLES |/ la Verdad
Faltan muy pocos días para que Caravaca vibre con las Fiestas de la Vera Cruz, y las actividades previas se multiplican, provocando que los festeros invadan el centro de la ciudad haciendo uso de dos armas infalibles: alegría y fiesta. Ayer los demostraron los miembros del Bando Cristiano. Las calles y plazas fueron el escenario donde se dieron cita los festeros, particularmente los caballeros y las damas que integran los grupos cristianos, que instalaron su 'base de operaciones' en plena Gran Vía. Lo hicieron al amparo de la muralla del Castillo, que corona el cerro que preside desde lo alto la principal arteria de la localidad.
La jornada se inició a primeras horas de la mañana, bajo un sol que ya advertía desde muy temprano que ejercería su reinado de forma rotunda. Al ritmo de la música de las charangas se iniciaron los pasacalles con los representantes de los grupos cristianos. Mientras los más madrugadores iban llegando a la zona del Campamento, la comitiva oficial iniciaba la 'recogida'.
No faltaron los Reyes
Los Infantes de Castilla, Pedro Antonio Ruiz y María Teresa Sánchez, abrieron el cortejo junto a los Reyes, Miguel Ángel Sánchez y Laura Sánchez. Ambos estuvieron acompañados por la presidenta del Bando, la primera mujer que accede a este cargo, Mari Cruz García-Esteller, y el Cristiano del Año, Ángel Luis Navarro.
Tras realizar el protocolario recorrido, que llena de música y alegría la localidad, la comitiva llegó al Campamento. Allí, charangas y batucadas llenaron de música el ambiente mientras los festeros se aproximaban a las barras instaladas por el Bando Cristiano donde desde los 'Reyes' hasta los más humildes vasallos sirvieron cerveza y tapas a la clientela festera. No faltó de nada.
Los establecimientos del centro se sumaron a la fiesta con propuestas adaptadas a la jornada, y así, pudieron dejar aparcada la crisis aunque sea por un día, para hacer caja. Tampoco faltó diversión para los más pequeños, éstos pudieron disfrutar de castillos hinchables y otros juegos preparados para la ocasión, mientras que jóvenes y menos jóvenes bailaban al son de la música de las charangas y batucadas. Sobre las dos y media de la tarde los grupos se retiraron a sus refugios para participar en sus respectivas comidas de hermanad.
A primera hora de la tarde, los grupos -acompañados de nuevo por la música- tomaron el centro de la Gran Vía y las calles adyacentes. Al final de la tarde, los grupos se retiraron a recuperar fuerzas y tras la cena, en sus respectivas sedes festeras, la fiesta continuó con conciertos en varios refugios como el de los Caballeros de San Jorge de Alfama. En Caravaca ya tienen el cuerpo con ganas de fiesta -pero de la Vera Cruz-.