Anécdotas de mi trabajo… (2)

Bueno, ¿que les cuento?…

¡Ahh! Ya se… les contaré una anécdota que es parte fundamental de la cultura de la empresa en la que trabajo…

Como saben, trabajo en una empresa que se dedica a la cría y engorda de animales de granja (cerdos, gallinas)… por lo que algunas de las áreas de la empresa no huele algo así como a rosas… ya se imaginarán el olor…

El olor a las gallinas es un olor fuerte, pero soportable… y el olor de los cerdos es soportable, pero ácido… tan ácido que llegas a sentir que la nariz se quema por dentro (obviamente estoy hablando de grandes cantidades de gallinas y de cerdos).

Bueno, el caso es que cuenta la leyenda que un día iba el dueño de la empresa con una persona ajena a la misma, la persona al acercarse a las granjas se le ocurre decir: “Que feo huele…” a lo que mi patrón contesta dando un fuerte suspiro y con una sonrisa: “Huele a dinero…”

Tal vez sea una historia simple, pero, si leemos el trasfondo, lleva una gran enseñanza… a veces hay cosas que nos desagradan mucho, pero que si no se hicieran simple y sencillamente no obtendríamos beneficio alguno de ello…

La próxima vez que escuchen a alguien que se queje de su trabajo recuerden que “huele a dinero…” y por muy malo que sea el trabajo, es trabajo al fin y al cabo y así como viene se va…

(No se si tenga relación alguna cosa con otra de la que escribí, jaja, tengo mucho sueño…)

Saludos!