A mi madre: Querida mamá; te escribo estas líneas porque me resulta más fácil plasmar por escrito lo que siento que decirlo cara a cara. Nunca fuiste una madre cariñosa, no recuerdo que me dieras nunca un beso o un abrazo, quizás, porque eran otros tiempos o porque te educaron así o, simplemente, porque nunca te los pedí. Pero fuiste una buena madre. Cuidaste sola