José Antonio Rubio recibió la lanza y la teja blanca en una emotiva ceremonia
«Hasta la última gota de nuestra sangre». José Antonio Rubio será el encargado este año de pronunciar el pleito-homenaje ante la Vera Cruz antes de que la Sagrada Reliquia abandone la basílica para procesionar por las calles de su pueblo en la tarde del 2 de Mayo. En la mañana de ayer tuvo lugar el relevo al frente de la Compañía de Armaos de la Vera Cruz en una ceremonia que se celebró en el interior de la basílica.
Este cuerpo armado, de origen medieval, como recordó ayer el capellán del Santuario, Pedro Ballester, tiene como finalidad la vela y custodia la Sagrada Reliquia y cambia estatutariamente de capitán y de alféreces cada tres años. Gaspar Muñoz, que ha estado al frente de la compañía en el último período, entregó la lanza y la teja blanca a su sucesor, en presencia del hermano mayor, Pedro Pozo Martínez. Los alféreces que han acompañado a Muñoz durante su mandato también entregaron sus tejas verdes a quienes les suceden en el cargo: Alfonso Cánovas Reina, en la escuadra Oro; Enrique Soler Sánchez, en la Hueso; Bernardo Marín Barqueros, en la Azul; Nicolás García Rubio, en la Morada; y Gaspar Muñoz Victorio, en la Verde. El ceremonial forma parte de la misa ofrenda de la Compañía de Armaos a la Santísima y Vera Cruz.
Durante la homilía, el capellán recordó el origen de la Compañía de Armaos y comparó el trabajo realizado a lo largo de la historia por este 'cuerpo de guardia' de la Vera Cruz con la escultura de la Piedad, de Miguel Ángel. «Estaba la materia, para el escultor, el mármol; para vosotros, la Sagrada Reliquia; pero ante esta realidad podemos permanecer impasibles o realizar una obra de arte que perdure en el tiempo, ahí está la escultura y ahí queda la tradición de siglos en el acompañamiento a la Vera Cruz», señaló Ballester. Al finalizar la ceremonia tuvo lugar una comida de hermandad.